La gran ventaja de las coronas sin metal es que son muy estéticas ya que nunca aparecerá un reborde de metal. Con el tiempo y la edad la encía tiende a subir, en el caso de las coronas metal-cerámica podría quedar expuesto la parte metálica causando un problema estético. En el caso de las coronas que no tienen metal como las de zirconio, son 100% blancas por lo que, por más que se exponga la encía no hay problema estético, seguiría viéndose blanco.
Las coronas metálicas tienen dos partes: el núcleo interno metálico que da fuerza y resistencia a la corona y la parte cerámica que cubre el metal para dar el color de diente real.
Cuando realizamos coronas metal cerámica, como en todo hay ventajas y desventajas. Las desventajas son:
- al haber dos partes puede haber filtración entre ellas
- como hay dos partes que cada una necesita cierto espesor, en ocasiones hay que tallar el diente más de lo que nos gustaría para dar espacio a los materiales
- al haber dos partes hay que realizar pruebas de cada una por lo que hay más visitas
- puede darse el efecto chípping: si una corona metal-cerámica se desgasta en algún punto, quedaría visible la capa interna metálica que es negra. En estos casos son difíciles de reparar sin hacer una nueva
En caso de ser una corona de cerámica se entiende que es un monolítico. Es decir, un solo material que puede ser monolítico de zirconio, monolítico de disilicato o puro feldespato.
En estos casos, al haber únicamente un material tenemos las ventajas:
- al haber solo un material sólo existe la unión de la corona al diente
- el diente no necesita un tallado tan agresivo porque los espesores para un solo material son mínimos
- se reducen el numero de pruebas
- si se da el efecto chipping o de desgaste, no hay cambio de color porque la corona en su totalidad tiene el mismo color