La anestesia de los dentistas
La mayoría de los tratamientos dentales requieren anestesia para la comodidad del paciente. La sensibilidad dentaria, e incluso el dolor, son razones que justifican su uso. En la inmensa mayoría de los casos, el dentista recurre a la anestesia local. Pero en requeridas ocasiones (ansiedad, odontofobia, edad, tratamientos muy prolongados…) es necesario utilizar la sedación o la anestesia general. Te explicamos qué tipos de anestesia dental existen y te damos algunos consejos.
Anestesia dental local
- Anestesia local: Antes de proceder al tratamiento dental, habitualmente es necesario poner anestesia. Lo más común es que se utilice un anestésico local, cuya función es bloquear la sensibilidad y el dolor en la zona en la que se va a realizar el tratamiento. Los anestésicos locales utilizados tienen una muy elevada seguridad, siendo absolutamente excepcionales las reacciones adversas. Si se va a trabajar en un diente de la arcada superior, normalmente se inyecta en la mucosa, arriba del diente a tratar. Por lo contrario, si se va a trabajar un diente de la arcada inferior, normalmente hay que recurrir a otra técnica que anestesia toda la mitad de la cara en la que se encuentra el diente a tratar.
- Anestesia periapical: Utilizada sobre todo en la arcada superior. Solo duerme el diente sobre el que se va a trabajar.
- Anestesia troncular: Actúa sobre el tronco nervioso (nervio dentario inferior). Utilizada sobre todo en la arcada inferior: adormece todo un cuadrante, incluyendo la lengua y las mejillas. Los efectos duran en torno a 3 horas.
Otros tipos de anestesia dental
Determinados procedimientos no se pueden resolver mediante la anestesia local tradicional. Ya sea por la complejidad y duración del tratamiento, edad del paciente (menores con problemas de comportamiento) o por la condición clínica del paciente (parálisis cerebral u otra condición invalidante), en ocasiones, hay que recurrir a otras técnicas. Como por ejemplo:
- Sedación con óxido nitroso: El óxido nitroso (también conocido como el gas de la risa) se administra mediante mascarilla. Elimina el dolor y la ansiedad, y permite realizar muchos tratamientos dentales. No duerme al paciente, permitiendo colaborar, aunque no siente dolor ni recordará la intervención. La recuperación es inmediata al cesar el gas y oxigenar al paciente.
- Sedación intravenosa: A través de una vía intravenosa se introduce medicación sedante (moderada o profunda). Produce suelo variable dependiendo de la dosis utilizada.
- Anestesia general: El paciente está profundamente dormido. Requiere de intubación para mantener la respiración, de un equipo especializado en anestesia y de un periodo de reanimación bajo control.
Consejos para qué hacer tras la anestesia del dentista
Después de haber recibido un tratamiento con anestesia dental, hay que tener en cuenta que las partes blandas de la boca (mucosas, labios y lengua) también estarán adormecidas.
Es muy importante no masticar nada hasta que pase el efecto, ya que son frecuentes las autolesiones por mordeduras. En los niños hay que estar especialmente vigilantes y evitar que se mordisqueen los labios o la lengua para que no se produzcan heridas.
En la mayoría de los tratamientos se recomienda no fumar ni tomar bebidas alcohólicas, en al menos las 12 horas posteriores a la intervención. También se aconseja no realizar deporte hasta que pasen 24 horas.
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